La psicología del vestir

Las personas usamos ropa por diversas razones. En primer lugar, la usamos por protección y en segundo lugar por decoración. A muchos de nosotros nos puede parecer que la protección frente a los elementos es la principal función del vestir. Sin embargo, la idea de decorar el cuerpo es una práctica muy antigua que se remota al hombre de Neanderthal, ancestro que desapareció hace aproximadamente treinta mil años.

El Instituto Max Plank de Alemania ha sugerido que las personas han usado algún tipo de vestimenta desde hace aproximadamente 107,000 años.

La función básica de la ropa es la de protegernos de la temperatura ambiente y situaciones climatológicas extremas.

Además de las dos razones expuestas anteriormente, existen otras que probablemente muchos de nosotros no hemos advertido concientemente.

Las prendas o vestidos han sido utilizados a lo largo de miles de años como identificación de género, para promover el atractivo sexual, para exhibir nuestro estatus, edad, ocupación, religión, pertenencia a determinado grupo, afiliación política, para ocasiones ceremoniales y por expresión personal.

Usamos la ropa que usamos para hacer ostentación de nuestro estatus social.

El estatus de una persona en la jerarquía social puede ser fácilmente valorado por la ropa que usa. Los estilos, tejidos, colores, tipos de accesorio que se lleva para cubrir la cabeza y ornamentaciones son marcadamente distintos entre personas de diferentes niveles socioeconómicos.

Esto podría parecer obvio cuando observamos retratos de los reyes de antaño en contraposición con imágenes de campesinos. No obstante al día de hoy, podemos darnos cuenta que nos vestimos de una forma similar en lo que a calidad de materiales y producción respecta.

Para evidenciar la relación entre vestimenta y estatus, la Universidad de Holanda desarrolló un experimento en el que enviaron dos grupos de personas a un centro comercial para convencer a otras a tomar una encuesta. El grupo que usaba ropa de diseñador pudo convencer a un 52% de personas, mientras que el grupo que portaba ropa común solo pudo convencer al 13% de todo el público.

Las personas asignamos estatus y autoridad a personas que usan indumentaria que indica riqueza.

La forma en que vamos vestidos refleja en parte nuestra personalidad. Al vestirnos de una determinada manera estamos transmitiendo información sobre nosotros mismos. Nos expresamos y nos damos a conocer a partir de la ropa que usamos.

En la forma que nos vestimos se puede apreciar el buen gusto, la elegancia, el desenfado, la rebeldía y otros atributos inherentes a nuestro temperamento o forma de ser.

La ropa en esencia supone una búsqueda de identidad o de diferenciación con el resto de personas. Muchos de nosotros encontramos en determinada prenda nuestro sello personal y también nuestra pertenencia a determinado grupo.

La manera de vestir es una forma de comunicación no verbal.

¿Por qué usamos lo que usamos?

Nos mostramos a los demás por la elección de nuestra indumentaria. Tanto si nos vestimos por aislamiento, afiliación grupal, estado de ánimo, actividad favorita, ocasión especial, mostramos al resto de personas quiénes somos con nuestra vestimenta.

Miramos a los extraños y nos formamos conceptos de ellos inmediatamente por la forma en que visten. Decidimos si nos gustan o no incluso antes de que digan una sola palabra.

Las prendas de vestir no solo nos protegen del clima, nos adornan, nos otorgan un estatus, sino también nos dan un sentido de identidad propia. Somos lo que vestimos.